Ahora mismo me conoces mejor que nadie. Sabes mis secretos,
cuando río o lloro y por qué. Puedes sentirme como antes te era imposible,
ironías de esta realidad.
No puedo creer en cielos ni infiernos, no mientras te sienta
a mi lado. En el coche, camino al trabajo,
vienes en el asiento del copiloto, por eso esquivo cada bache de la
calzada y me disculpo contigo si se me escapa alguno, nunca te gustaron. Me
dices que te gusta cómo conduzco igual que cuando te llevaba a la sesión de
radio, y tú no le regalabas a nadie esos elogios en el coche. Escuchamos música
juntos, es imposible que no estés. A
veces lloramos con versiones de trompetas a todo volumen. Me dices que no
corra, que es una carretera peligrosa y levantas mi pie del acelerador para que
no me reúna contigo.
Cada noche te encuentro en mi habitación, esperándome. A
veces te siento tan cerca que duermo entre lágrimas. Una chica de 28 años que
duerme con el peluche que un día le trajo su papá al hospital, me da tanto
calor, gracias. Llegaste a aparecerme en mis sueños diciéndome que habías
pedido un permiso en el cielo y lo vi muy normal. Si alguien puede conseguir
ese tipo de recursos en lo más alto ese eres tú, seguro que harías un escrito
redactado a la perfección.
Sé que quieres que vuelva a coger la trompeta y siga
intentándolo, a veces me obligas a mirar el estuche abandonado en lo alto de mi
armario. Aún me resulta muy duro. Desde que te fuiste ya no suena igual, es
como si me faltara aire para llegar a esas notas que antes alcanzaba. Pero te
prometo que, aunque tarde años, algún día podré tocarte un tema como te mereces.
Este año no cenaremos juntos por tu santo ni te regalaremos
ningún disco nuevo para tu colección. Pero no vamos a olvidar que es tu día y
sé que estás aquí celebrándolo conmigo, mientras escribo estas palabras,
mientras me ves llorar.
Feliz día papá, te quiero.
Aún suena tu música en mis oidos "SE ME CAE LA CASA DESDE QUE SE MARCHÓ, AHORA YA SÓLO ESPERO EL DERRIBO" (Extremoduro) |