“¿Habéis ido alguna vez a un parque acuático? Hay de muchos
tipos pero todos muy parecidos. Lo normal es llegar, mirar qué atracción te
apetece y elegir. La mayoría de la gente le teme a alguna de estas atracciones.
Después de elegir haces cola mientras ves cómo la gente cae y oyes cómo gritan o ríen, se te pone ese pellizco de nervios en el estómago. Y después, cuando
llega tu turno, te lanzas. Mi experiencia es bien distinta…
Llego un poco tarde y voy directo a donde me esperan los
compañeros, mi guía me lleva a una cola de gente, tengo barras a ambos lados,
por una de esas barras, a mi derecha, empiezan a saludarme los compañeros.
Agarran mi mano y, letra a letra, se presentan: “H-O-L-A, Q-U-E T-A-L
E-S-T-Á-S”. Me alegro tanto de verlos y de tener personas con las que
comunicarme que empiezo a preguntarles cosas sin darme cuenta que la cola
avanza. Mi guía me dice que ahora después nos saludamos todos. Sé que esta
atracción es con rosco, lo toco, no sé nada más. Me explican que vamos todos
juntos, mis amigos sordociegos y voluntarios del grupo de teatro “Los
Sinsentidos”, que nos vamos a tirar por un río y a bajar con los roscos. ¿Os
imagináis tiraros sin ver cómo de empinada es una cuesta o cuánta agua hay? Yo
suelo preguntar si cubre pero nunca llego a saber con certeza qué hay al final
del tobogán de agua. Los roscos me parecen divertidos, vamos unos enganchados a
otros pero hay alguien que no conozco que nos lanza por una cuesta cuando
estamos atascados.
No tengo miedo, me tiro allá donde me lleven. Probamos una
nueva y hay varios voluntarios junto con mi mediadora intentando explicarme
cómo debo sentarme. Me siento. “NO”, me dicen, no entiendo nada. “T-I-E-N-E-S Q-U-E
T-U-M-B-A-R-T-E C-O-N L-A
C-A-B-E-Z-A B-O-C-A A-B-A-J-O”, me repiten una y otra vez en mi
mano. Aunque entiendo lo que me dicen vuelvo a sentarme como en el resto de las
atracciones, hay demasiada rampa y no entiendo qué me quieres decir. Me enseñan
una colchoneta fina con asas y me explican que tengo que tumbarme boca abajo
agarrando esas asas…ahora lo entiendo. Al parecer, este rato entre mis compañeros
y yo nos ha llevado bastante tiempo, yo no lo sé porque no me lo dicen en ese
momento, pero la atracción lleva un rato parada y hay gente esperando que no entiende qué me
pasa ni por qué me hablan en la mano.
Como he dicho, nunca sé lo que hay al final del tobogán,
aunque algunos compañeros me esperan abajo para recogerme y acompañarme a salir
de la piscina, estoy solo en el momento de la caída. Iba tan rápido que creo
que bebí media piscina y al salir del agua no podía parar de reír y decir “he
tragado todo el agua”. Algunos compañeros me contaron después que ellos también
y creo que eso me hizo aún más gracia.
Antes de comer, vamos todos juntos a la piscina de olas. Voy
con Arantxa como guía, que me lleva con el resto del grupo. Nadamos un rato
juntos y nos hacemos ahogadillas. Me explica que ahora han puesto música y
tenemos que bailar en el agua. No veo el ambiente, no oigo la música pero
siento en movimiento en el agua, con las manos cogidas a Arantxa bailo sin
parar. Poco después me dice que ahora toca hacer gimnasia, hay una monitora
diciendo los movimientos que hay que repetir y yo los sigo en las manos de mi
amiga, incluso cuando me hace que toque su pierna para que siga el movimiento
con las mías, me resulta difícil por mi problema motriz pero dentro de la
piscina puedo hacerlo.
Después de un día intenso, al volver a casa recuerdo cada
gota de agua que he tocado, cada letra que me han escrito para hablarme en la
mano, cada tobogán y, por supuesto, recuerdo a mis compañeros que me hacen
vivir estas increíbles experiencias.”
He escrito esto como si fueran las palabras de uno de los
sordociegos que vivieron este día con nosotros. Pero mi agradecimiento en
primera persona a mi amigo Oskar y al grupo de teatro “Los SinSentidos” con el
que colaboro desde que volví a Málaga.
Esta experiencia fue a principios de verano, un día en
aqualand con personas sordociegas, sordas y oyentes. Gracias por darme estos
momentos, gracias por demostrar que TODOS somos iguales y podemos hacer las
mismas cosas. Hace tiempo que quiero hablaros de este grupo pero he estado muy
perezosa y se merecen un buen post…prometo hacerlo.
Comunicación: Dactilológico en palma |