sábado, 9 de marzo de 2013

La Sordoceguera y Yo (Cap.1)

Ayer me abalancé con la emoción de crear el blog y recopilar textos antiguos. He estado pensando y quizás todo es muy rápido para los que no me conocen, así que aquí va un poquito de mi historia con la sordoceguera.
Supongo que algunas personas se preguntarán cómo llega alguien a trabajar en eso de la sordoceguera. A mí me pasa con algunos oficios, miro al trabajador y me pregunto qué habrá pasado en su vida como para llegar hasta ahí, cuál es su historia. Pues bien, esta es la mía.

Desde jovencita, no recuerdo muy bien cuando, quise estudiar Lengua de Signos Española (LSE). Me dije a mi misma (y a mi madre, claro) que no me parecía justo no poder comunicarme con una persona sólo porque no oyera, una persona de mí mismo país, incluso podría ser un vecino, no estaba dispuesta.

Poco después, ese verano, mi madre encontró un curso de LSE en la asociación de sordos de Málaga. Era un curso muy básico de 30 horas. Aprendes a saludar, los días de la semana y algún diálogo corto pero me encantó. Mi profesora era sorda y se hacía entender perfectamente. Recuerdo que nos habló de por qué la Lengua de Signos no es universal (esto lo piensa mucha gente), pero sobre todo recuerdo cuando, por primera vez en mi vida escuché eso de SORDOCIEGO. Las personas SORDOCIEGAS existían en mi mundo y yo no lo sabía. Personas que no oyen ni ven, cómo puede alguien vivir así, cómo comunicarse, qué sería de estas “pobres” personas. No se me iba de la cabeza. Nos decía que las asociaciones de sordociegos hacían muchas actividades, como tirarse en paracaídas, excursiones por el campo, parques de atracciones… Cualquier cosa que potenciara el resto de los sentidos. Experiencias diferentes para esos que no oyen ni ven, experiencias táctiles, olfativas. Aquello me parecía increíble, era como otro mundo, y de hecho, lo es.

Después de eso tenía muy claro que quería aprender bien LSE. Cuando terminé bachillerato y llegó la difícil decisión de qué hacer con mi vida no lo tenía muy claro. Sabía que existía un ciclo formativo de Lengua de Signos pero ya que había hecho selectividad pensaba en qué carrera podía estar relacionada. Finalmente acabé en audición y lenguaje en Granada. A día de hoy me parece una buena carrera pero en ese momento de mi vida la veía como lo contrario a lo que yo quería hacer. Yo quería hablar LSE, comunicarme con las personas sordas en su lengua no enseñarles la mía. Tuve la suerte de coincidir en clase y en mi piso con David, un Intérprete de LSE que acababa de terminar, hoy es uno de mis mejores amigos. A veces me hablaba en LSE, y poco a poco iba entendiéndolo. Da gusto ver signar a David, es único. Me fue entrando el gusanillo cada vez más. Cuando llegaron los exámenes finales ya sabía que me quitaba de la universidad, me presenté sólo a dos y los aprobé. Las asignaturas que me gustaban como psicología del lenguaje.

El curso siguiente empecé en Málaga, en el ciclo de Lengua de Signos. Aquí es donde realmente empieza mi historia... Pero mejor lo dejamos para otro post que luego da pereza leer todo seguido y más si es la vida de una desconocida.


                               

No hay comentarios:

Publicar un comentario