"Erase una vez una excursión a la
granja-escuela.
Erase una vez un colegio público que
iba de excursión a la granja-escuela.
Erase una vez un aula de educación
especial en un centro público que iba de excursión a la
granja-escuela.
Erase una vez un alumno del aula de
educación especial de un centro público que iba de excursión a la
granja-escuela.
Erase una vez un alumno en silla de
ruedas que estudiaba en un aula de educación especial de un centro
público y EL LUNES NO TUVO COLEGIO."
De cuento tiene poco esta historia, por
triste que parezca. Madres que tiene que escuchar “El AMPA no puede
costear un autobús adaptado”. ¿Qué os parece? Pues así es, esta
situación se ha dado hoy mismo. “El lunes no traiga a su hijo al
centro”, palabras que tuvieron que soportar las madres de estos
niños cuya silla de ruedas les impedía asistir a una excursión
programada a la que SÍ irían sus compañeros, esos que tienen la
suerte de tener los pies en la tierra (literalmente).
Que la discapacidad no era rentable, ya
nos había quedado claro. Pero pienso en esos padres y madres que
forman el AMPA, de los cuales son socios las madres de los alumnos
afectados. Intento averiguar cómo han tenido el valor de excluir a
niños de una actividad por no gastar algo más de dinero. La única
explicación que se me antoja posible es la lógica, esos padres y
madres que llevan las cuentas del AMPA no tienen hijos con
discapacidad y no lo ven como algo que les afecte.
Triste, muy triste.
Imagen del cortometraje "Cuerdas" (muy recomendable) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario