jueves, 9 de mayo de 2013

He Knows



Desde que nos conocemos te he sentado en mis rodillas cada día, al principio protestabas y mucho, llorabas y pataleabas. Yo empezaba a mover las piernas creando una vibración entre mi cuerpo y el tuyo. Eso te encantó y dejabas tu mundo para participar en el movimiento, soltándote y riendo. Paro con un golpe brusco al suelo y automáticamente te tocas la frente, ahí está tu mundo, así te sientes seguro. Después cojo tu mano derecha, toco mi pierna y, en tu cuerpo, te hago el signo “quiero” acompañado de mi voz “¿quieres más?”. Un segundo después vuelvo a repetir la vibración, parada brusca, “quiero”… Durante semanas.

Hoy es un día cualquiera, bueno no, es viernes. Voy a trabajar sin ganas porque me acompaña mi amiga “gripe” y, una vez más, te siento en mis rodillas. Empieza el tembleque que acompaña tu risa, paro con menos fuerza de la habitual porque la gripe puede con mis piernas. Espero un poco para ver tu reacción pero tus manos esta vez no van a la frente así que alargo el tiempo de espera. Esos ojazos parecen estar tramando algo… Segundos después me sorprendes buscando mi mano. Te enganchas del pulgar y la acercas hacia tu pecho, justo en el punto donde se inicia el signo “quiero”. Emocionada vuelvo a mover las rodillas con fuerza y ríes como nunca. Hoy no puede ser un día cualquiera.

Hoy SABES que con tus manos puedes decirme qué quieres, hoy tu mundo y el mío se han encontrado. Hoy, por primera vez, te has comunicado.

Aclaro:

Desde hace un par de meses trabajo de mediadora en Málaga con un niño de tres años, al que llamaremos Andrés. Nunca había llevado un caso de un usuario tan pequeñín y está siendo una experiencia muy especial. Lo que os cuento aquí es lo que vivimos el pasado viernes. Es el principio de un largo camino, pero ahora, como decían en la película sobre la vida de Hellen Keller (El Milagro de Ana Sullivan), HE KNOWS.





2 comentarios: